Todas las mañanas despertaba extenuado.
Al principio, sólo se sentaba descalzo en la mecedora.
Empañaba el vidrio de la ventana con su aliento.
Después el vidrio se llenó de polvo, y también su cabello.
Dejó de lavar ROPA, dejó de lavar los TRASTES.
Había cucarachas en el suelo,
y aún no reparaba las goteras de su techo.
Ni siquiera olía bien.
Había descuidado su casa y su apariencia.
Había descuidado su casa y su apariencia.
Era un pobre majareta.
No siempre recordaba tomarse las pastillas...
Aunque quizás jamás lo olvidó, y simplemente
no quería hacerlo.
ESTABA SOLO.
ESTABA SOLO.
Reforzando su deseo de morir.
Después de todo...
Todas las mañanas despertaba extenuado.
...
Para él, ya no existía cura.