martes, 23 de abril de 2013

VERBAL

Tomábamos mucho té caliente. 
No recuerdo en que taza me enamoré de ti.

Me gustaba platicar de libros, escuchar música vieja. Era exquisito reír contigo.

Me inyectaste en el cuerpo tu esencia, no soy más de mí. 
Soy completamente tuya.

Noches antes de tu partida, sentía constantes escalofríos. 
También calambres, por todo el cuerpo.

Era como si mi alma tratara de avisarme que pronto te marcharías, que lo evitara; por que no podría soportarlo.

El destino es tan impredecible.
Tal vez este no era nuestro tiempo.

Las despedidas son los golpes más duros. 
Has dejado mi cuerpo lleno de moretones.

¿Con quién voy a escuchar esas antiguas canciones?

Tu mirada últimamente era muy frívola. 

Tu boca se sentía seca
Tus besos; ariscos.

Ya no veía en ti las ganas de seguir conversando conmigo.

Me he enamorado de relatos distintos, pero los tuyos... 
Los tuyos me llevaban al éxtasis. 

Los míos al parecer te parecieron poca cosa...
Sin embargo sigo esperanzada en que pronto volverás.

No sé con quién tomes el té cuando anochece.
Ni a quién le leas tus escritos privados.

Nunca me preguntaste cuál era mi libro favorito.

Me quedé deshidratada.
Mis ideas no brotan más...
Ya no tengo inspiración, pero prefiero esta sequía.

Si volviera a humedecerme; me congelaría.

Podría convertirme en un bloque de hielo,
PORQUE ME DUELES TODAVÍA.

Estás volviéndome loca, pero...
¿Que otra reacción tendría?
...


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