- Dentro te siento bien.
- Profundo es el amor que existe dentro.
- Dentro hay vida.
- Tu volumen aumenta, madre mía.
- Van pocas semanas aún.
- Estás creciendo y sólo el cielo lo nota... Nadie más.
- También tú, porque holgada es la ropa y en el manto nocturno; he tenido que acostumbrarme a los sueños compartidos.
- Poco a poco te entusiasmo con la idea de no estar sola.
- Poco a poco hay algo en mí que me motiva a continuar… Tú.
- Dentro me siento mal.
- Tienes angustia…
- Existe un miedo mamá.
- Estás distante… Dentro te siento mal.
- Alguien te dijo que no lo vamos a lograr.
- Estoy a tiempo de vivir o estás a tiempo a no sufrir…
- ¿Quién te ha dicho eso?
- "Eso" qué más da, yo ya he vivido. Yo aún vivo.
- Vienes a mí como te vas.
- Te acerco a mí, luego me voy. Escucho tu llanto y mi cuerpo se duerme por siempre... Adiós.
- Por favor; no... Se cierran tus párpados. En mis venas llevo tu sangre.
- Una lágrima salió y me recorrió ya una mejilla.
- Un suspiro te llevó.
- Un último respiro de tu lado me arrancó.
- Y una vida madre mía, a mí tu Dios me regaló... Aunque a mi amada me robó.
- Y a mí fue conocer el verdadero único amor.
- Te extrañaré.
- Fuera te sientes confundido.
- Sí, pero es porque dentro estaba bien.
- ¿En lo inestable de mi ser? No tenía un cuerpo resistente.
- Soy de tu vientre madre mía; fui aún así tu residente.
- Ahora mi carne es inexistente.
- Pero si yo te conocí.
- Nos vimos, ¿No es así?
- Y te sentí… Aunque a los pocos minutos también me morí.
- …
- No quería vivir sin ti.