Y observé por la ventana.
La mañana era violeta & el aire parecía
desvanecerme...
Podía platicar con las mariposas...
Y al ver ese unicornio; respiré.
Yo creía que estaba soñando...
Había salido de casa para comenzar a caminar
sobre ese suelo mágico.
Era tan suave, con delicadas hechuras
de bombón rosa & algodones de azúcar...
Aluciné...
Me di la media vuelta... Estaba confundida,
sabía que era real.
En casa las cosas seguian estáticas...
Volví, pero extrañé ese paraíso...
Nuevamente abrí la puerta...
Pretendía regresar, pero...
Volver a ver mí paraiso no fue igual...
Había sequía... No más rosas rojas,
ni manzanas cubiertas de caramelo...
Me dolía... Perdí mi cielo...
Susurré a los murciélagos que
de mis ruegos le dijeran a la
luna, que brillara, que no
fuera cruel.
Duendecillos verdes comenzaban a golpear
mis piernas descubiertas... Yo caí en un desmayo.
Lo último que pude ver fue ese ser que
se acercaba poco a poco hacia mí...
Un demonio con alas de ángel...
& su amigo el sentauro asustado que venían
a capturarme en ese amplio
calabozo que decía llamarse
mi hogar.
Encarcelada naciste,
encarcelada morirás...
No estás bien, estas muy mal; dijeron.
Pero el encierro no es la solución...
merezco libertad, merezco ser
feliz, como las demás... Repliqué.
Ustedes, padres...
Sienten vergüenza de mí & no
me logran aceptar, con esta
cruda enfermedad... Pero es mi realidad.
¿No se dan cuenta el daño que me provocan?
Yo merezco comerme a pasos ese frondoso paraíso...
¡Quiero vivir!
No quiero quedarme entre paredes imaginando
que algún día conoceré más de un sendero...
Estoy cansada de crean que no brotan
flores en invierno.
Creen que nací diferente...
pero mi corazón es igual que los demás...
En pesadillas de colores
no me quiero ver jamás...
La mañana era violeta & el aire parecía
desvanecerme...
Podía platicar con las mariposas...
Y al ver ese unicornio; respiré.
Yo creía que estaba soñando...
Había salido de casa para comenzar a caminar
sobre ese suelo mágico.
Era tan suave, con delicadas hechuras
de bombón rosa & algodones de azúcar...
Aluciné...
Me di la media vuelta... Estaba confundida,
sabía que era real.
En casa las cosas seguian estáticas...
Volví, pero extrañé ese paraíso...
Nuevamente abrí la puerta...
Pretendía regresar, pero...
Volver a ver mí paraiso no fue igual...
Había sequía... No más rosas rojas,
ni manzanas cubiertas de caramelo...
Me dolía... Perdí mi cielo...
Susurré a los murciélagos que
de mis ruegos le dijeran a la
luna, que brillara, que no
fuera cruel.
Duendecillos verdes comenzaban a golpear
mis piernas descubiertas... Yo caí en un desmayo.
Lo último que pude ver fue ese ser que
se acercaba poco a poco hacia mí...
Un demonio con alas de ángel...
& su amigo el sentauro asustado que venían
a capturarme en ese amplio
calabozo que decía llamarse
mi hogar.
Encarcelada naciste,
encarcelada morirás...
No estás bien, estas muy mal; dijeron.
Pero el encierro no es la solución...
merezco libertad, merezco ser
feliz, como las demás... Repliqué.
Ustedes, padres...
Sienten vergüenza de mí & no
me logran aceptar, con esta
cruda enfermedad... Pero es mi realidad.
¿No se dan cuenta el daño que me provocan?
Yo merezco comerme a pasos ese frondoso paraíso...
¡Quiero vivir!
No quiero quedarme entre paredes imaginando
que algún día conoceré más de un sendero...
Estoy cansada de crean que no brotan
flores en invierno.
Creen que nací diferente...
pero mi corazón es igual que los demás...
En pesadillas de colores
no me quiero ver jamás...
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