lunes, 25 de abril de 2011

RETROCESO Y EL ESPEJO EMPAÑADO ESTÁ.


Me miré en el espejo. La noche era fría y al punto me dormí... Realicé un viaje a un sin fin de constelaciones, donde yo era una guerrera galáctica, y mis delgados pies podían tocar el polvo cósmico de los infinitos cuerpos astrales por los que dancé. Lloré, era el más hiperquinético de mis andares, una pesadilla que me dejó un dulzor en el vientre. Fui la amante del sol y la hermana de la luna... Madre de todas las estrellas, amiga de la corte de esferas celestes... Cuando un brillo incandescente de nueva cuenta entró por mis ojos, para apoderarse por completo de mi cuerpo, sin que yo me diera cuenta una vez más. Desperté... Corrí al espejo, el alba me acariciaba por la ventana de mi habitación... Volví a ver mi reflejo; esa mujer no era más yo... Yo era la guerrera fuerte que mil y un galaxias recorrió...

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