lunes, 25 de abril de 2011

EL ALBA.


Cuando las gaviotas pintaban nubes
fluorescentes en el cielo celeste...

Un corazón adolescente, pidió piedad
al calor del sol...

Un arcoiris de tonalidades neón, se plasmaba inocentemente;
esa mañana del mes de Marzo...

Se habían ido las preocupaciones...
era un ritual de expulsión.

La arena fosforescente curaba las heridas de mis
pies...

El agua de mar era de colores metálicos...

Ven...

Es este un día para desterrar
aquellos males que nos aquejan...

Despideles, con mucha delicadeza...
Acusa con pasión a la tristeza, &
dile: ¡Hola! Mucho gusto, a este nuevo amanecer...

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