lunes, 25 de abril de 2011

Para que lo sepa hoy Agustín.


Hace algunos días que ya no me devoro las historias con final feliz.
Las radionovelas, se han convertido en mi única obsesión...

Identifico en mis rostro pocas
arrugas... Soy jóven, es claro.
No debería tener ninguna...

Me es difícil en el desayuno, probar bocado
alguno... & en la cena sonreír, para
al punto dormir, si ni si quiera tengo sueño.

Me he agotado... No le veo sentido a vivir.
No sin ambiciones, no sin ilusiones...
Pero tampoco deseo morir...
De eso estoy segura.

Sólo sigo y me concreto a continuar...

Es una cuestión difícil de explicar & más aun
de dialogar...

En mi cara se ven reflejados algunos golpes.
Pocos & no dolorosos francamente...
Un aroma permanente, ya mi cuerpo recorrió...

& en mi piel ya se esfumó...

Las emociones se han quedado
en el olvido...
Encerradas bajo llave dentro a un cofre
que esta hundido; bajo tierra.

LO SIENTO TANTO...
Hoy perdón le pido al llanto.

PASO TAN A PRISA...
Me disculpa la sonrisa.

ACTUAR SIN RAZÓN...
Me detesta el corazón...

Les he negado toda idea, todo
fruto, toda acción...

Hasta en esta ocasión...
Mi voz escapó a través de una canción...
Lagrimeaba agonizante,
al destrozar toda ilusión.

QUE FACINANTE SENSASIÓN...
& que temor más agotado.

De que le sirve a María vivir,
si no tiene a su lado a su Agustín enamorado.

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