Mío.

Aunque el caballero aún no lo sepa,
yo se más de lo que él cree...

Conozco la particularidad de
su rostro y puedo leer lo que
al momento pasa por su mente.

¿Sabías tú que le gusta el café negro?
¿Sabías a caso que no suele beber té helado?
¿Sabes si no, qué le apasiona tocar la guitarra por el atardecer?
¿Tienes conocimiento de qué repudia la violencia...?
Que le gusta el silencio... que te ama...
¿Lo sabes?

Noviembre, lo entristece...
Y le fascina el verano...

Pero vamos... Siéntate.
Ponte cómoda & dime...

¿Identificas realmente el sabor de su ambición?
¿Sientes de verdad la calidez de sus mejillas?
¿Lees en sus ojos lo que siente, o que miente?

Puedo predecir tu respuesta:
No.

Tú no lo amas como yo lo amo.

Únicamente puedo confesarte, que
siento celos de ti...
Eres tan hermosa & tan encantadora...
Eres ideal, eres cordial. Una mujer excepcional.

Dotas de perfección su corazón
que se le hallaba de otras incompleto...
Tal vez no de mi...

Que no soy su defecto perfecto,
el cual graciosa melodía me dijo adiós...

Fui yo.

No fue él...
Se sabía libre, cual ave adolescente...

De mi parte, impertinente,
tu presencia, en esto fue...

Ahora el te siente, dentro...
Muy dentro de su cálida y pálida
piel...

No puedes imaginar los alcances
de tu fortuna. Lo que tienes hoy
entre las manos...

Él y yo somos hermanos...
somos más que un corazón...

Eres la princesa de su palacio...
un lugar que antes ocupé...

Admírale y valórale, por dios...
No es tanto...
Él es mi sangre, querida...
Cuídale ahora, que de aquí
se marcho...

Sujetado a tus manos una vida formó.